Nuevas líderes de H2 Chile: “Estos dos años serán críticos para que el país pueda entregar lo que ha comprometido”
Rebeca Poleo y Kimberly Sánchez, presidenta y vicepresidenta del gremio, abordan el momento que enfrenta el hidrógeno verde y los desafíos que restan.
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De forma inédita, dos mujeres fueron las elegidas para liderar la Asociación Chilena de Hidrógeno (H2 Chile), gremio que busca posicionar a Chile como uno de los países líderes en la producción y exportación de hidrógeno verde. El 26 de abril se erigió como presidenta Rebeca Poleo, Directora de Proyectos de Hidrógeno de Engie, y como vicepresidenta, Kimberly Sánchez, Country Head de Vestas en Chile, quienes coinciden en su primera entrevista en sus nuevos roles que se ha pasado por una etapa de establecimiento de conocimientos y unir esfuerzos, y que ahora se está avanzando a una fase donde ya es crítico moverse rápido y dar sentido de urgencia.
Poleo advierte que “como industria en este minuto estamos en un punto crítico y de inflexión”. Y sentencia: “Si nos descuidamos, perdemos la competitividad del país que venimos defendiendo y el punto donde hemos puesto a Chile de liderazgo en los años previos que se ha estado trabajando”. Esto debe traducirse, dice, en que “tenemos que hacer realidad los proyectos”.
“El plan y todos los instrumentos están muy enfocados a estimular la producción, pero si no tenemos un mercado donde vender, los proyectos pueden estar listos y dónde colocamos el producto”, dice Poleo.
Si bien reconocen que se ha hecho un buen trabajo de definir los primeros escalones de este despegue y el espacio de diálogo ha estado abierto, ahora -dice Sánchez- “ya tenemos proyectos que ingresan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), que necesitan señales correctas en la ventana próxima de no más de dos años para que esto se pueda concretar”.
Para la vicepresidenta, “lo que necesitamos es que salgan (que tomen la decisión de inversión) los primeros proyectos”. “Estamos en una etapa de inflexión donde nos toca ejecutar. Ya los atributos de Chile no están en duda. Ahora tenemos que acompañar los primeros proyectos y ahí será clave el rol del Estado”. Y remarca: “Estos dos años van a ser críticos justamente para que el país pueda entregar lo que ha comprometido al mundo”. Poleo enfatiza que “para que los proyectos puedan tener una decisión de inversión, necesitamos seguridad jurídica, un marco que garantice que puedes vender tu producto, que tienes un mercado, estimulación de demanda, certeza de que tienes un sistema robusto donde tramitar tus permisos y que vas a tener una respuesta en tiempo y forma adecuada”.
Teniendo en cuenta la migración de la estrategia nacional de hidrógeno verde a un plan de acción, Sánchez apunta que “necesitamos trabajar en la transitoriedad entre que tenemos todo el marco listo y convivimos con el desarrollo de los proyectos que hoy están en curso, que ya ingresaron al SEIA. Serán clave las señales que van a tener estos primeros proyectos que se desarrollan cuando no está todo definido, porque eso es lo que van a mirar los que vienen detrás, los que tal vez todavía no están en Chile, pero quieren venir, y esas son las señales que deben ir en la línea correcta respecto de dar certezas”.
- En cuanto al plan de acción, al menos respecto a lo que se refiere a estos dos años críticos, ¿están las señales suficientes?
- KS: En general, y hay que ser bien claro con la expectativa, no vemos el espacio fiscal como país para pensar en una política como el IRA (de EEUU). Lo que sí podemos hacer, por ejemplo, es acelerar tiempos de evaluación de proyectos, todo lo que sean definiciones técnicas y los planes para desarrollo de infraestructura compartida. De estas líneas de acción, donde tenemos espacio en esa línea, viene un trabajo de priorización para ir aterrizando los conceptos porque necesitamos ir rápido, lo que no significa ir mal. Los proyectos se están desarrollando con un estándar muy alto que no se ha visto antes en otros desarrollos de sectores en Chile. Eso se debería reconocer.
-RP: El plan y todos los instrumentos que tenemos, están muy enfocados a estimular la producción, pero si no tenemos un mercado al que vender ¿dónde colocamos el producto?. Ahí es importante mantener la competitividad de Chile, que el escenario lo estamos planteando con el plan en temas de permisos, seguridad jurídica, etcétera, pero, por otro lado, también cómo involucramos a donde el Estado tiene influencia en el mercado local y cómo estimulamos la demanda local.
- Hoy está en el Congreso el proyecto de permisos sectoriales y la reforma al SEIA. ¿Cómo se conjuga la urgencia con estas iniciativas que tardarán en su trámite?
- RP: Es una responsabilidad bien compartida entre el titular y el que evalúa. Se están haciendo los mayores esfuerzos y también necesitamos el mismo esfuerzo del otro lado de la mesa, en evaluar en los tiempos que se requieren, y luego vienen los ICSARA, las consultas y ahí se requiere diligencia y voluntad. Mientras llegamos a estos permisos, a esta reforma, hay que trabajar con lo que tenemos (...). Hay que avanzar. Y si en algún momento hay algún proyecto claramente que es crítico, que hay que tomar una decisión y establecer medidas dentro del marco legal.
- KS: Ahí es clave la coherencia. El desafío en términos de permisos es transversal y le está costando plata a Chile estas ineficiencias del sistema. Mientras no tengamos coherencia entre estas acciones que lanzamos y los tiempos de ejecución, vamos a retrasar. Hablamos de los proyectos, pero estos al final son el desarrollo de las regiones y empleos. Y la gran pregunta es qué hacemos en el entretanto, y es donde necesitamos esta coordinación estrecha con el sector público. También tiene que haber una coordinación pública-pública, que es donde a veces vemos que puede faltar comunicación.
- ¿El SEA ha dado certezas para presentar proyectos? Se ha elaborado guías. Es sabido el caso de Faro del Sur...
-RP: Lo importante es que no haya subjetividades. Que si bien son guías, luego cuando entren los proyectos, no haya otro criterio distinto que no estaba escrito (...). Por lo menos hay un desde para tratar de unificar criterios de trabajo. Si complejiza o no la discusión, depende de la definición de cada proyecto técnico y lo importante es que cada desarrollador lo asuma.